La adicción es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa o alivio a través del uso de una sustancia u otras acciones. Esto implica una incapacidad de controlar la conducta, dificultad para la abstinencia permanente, deseo imperioso de consumo, disminución del reconocimiento de los problemas significativos causados por la propia conducta y en las relaciones interpersonales, así como una respuesta emocional disfuncional.​ El resultado es una disminución en la calidad de vida del afectado, generando problemas en su trabajo, en sus actividades académicas, en sus relaciones sociales o en sus relaciones familiares o de pareja. La neurociencia actualmente considera que la adicción a sustancias y a comportamientos comparten las mismas bases neurobiológicas.

Las adicciones pueden ser a sustancias legales como el tabaco, las xantinas (cafeina, por ejemplo), alcohol, analgésicos, o a las que llamamos ilegales como el cannabis, los estimulantes, (cocaína, anfetaminas, etcétera) y los opioides. Al hablar de adicciones también incluimos las comportamentales, como la ludopatía, adicción a internet, redes sociales, móviles, al trabajo, al sexo, etc.